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domingo, 11 de noviembre de 2012

Las etiquetas también educan

Hasta ahora he hablado sobre las etiquetas de vino en cuanto a su diseño y la influencia que éste tiene en la elección de los consumidores, pero ahora voy a hablar de algo un poquito diferente.
Como ya saben la carrera que estudio se llama Diseño de Información Visual y a diferencia de un Diseño Gráfico aquí nos enseñan a darle la misma o más prioridad a la forma en que vamos a ordenar la información sin que pierda legibilidad, es decir que no solamente se tiene que ver bonito porque si algo se ve padre pero la gente no entiende el mensaje entonces ese diseño no está cumpliendo su función de informar.
Las etiquetas de vino son lo primero que la gente ve cuando compra uno y lo que busca es saber qué es lo que está comprando, por eso es que en ellas se debe de aplicar lo que mencioné anteriormente (y no todos lo hacen, lo cual está mal). Se puede decir que las etiquetas se dividen en dos partes: la frontal, que es donde se encuentra el nombre de el producto y te dice lo que es y la trasera, donde debe de ponerse lo que vas a encontrar dentro de la botella  (ingredientes, tipo de uva, barrica, añejada, volumen de alcohol, PH). 
Desde el punto de vista de un sommelier ,  es de suma importancia elevar la cultura del vino en la sociedad y para hacer esto se necesita que la etiqueta contenga toda la información necesaria, se quiere que la gente sepa del vino, que sepa como se hace, de donde es, que distinga la diferencia entre un vino de calidad y otro que ni siquiera está etiquetado. Si se logra fomentar la cultura del vino la gente ya no va a escoger una botella basandose en su precio,  es decir, se volverán más curiosos. " La parte trasera de una etiqueta es una oportunidad para educar" dice Kevin O'Connor de la compañía Lioco. En mi opinión, si en la industria de los alimentos todos los productos contienen la llamada información nutrimental e ingredientes escritos, ¿por qué no se hace también en todas las etiquetas de vino?. Sería de mucha ayuda para los consumidores. 
Por otra parte, existe la información que debe de contener es compleja y en algunos países está estrictamente reglamentada, con el fin de proteger los intereses de los consumidores y productores. El reglamento en la Unión Europea por ejemplo, dice que la etiqueta debe decir los datos siguientes:
  • La denominación de venta del producto (con distintos datos según el vino).
  • El volumen nominal.
  • El grado alcohólico volumétrico adquirido, seguido del simbolo % vol. y puede ir precedido de los términos grado alcohólico adquirido, alcohol adquirido o la abreviatura alc. 
  • El número de lote.
  • Es obligatorio señalar la presencia de sulfitos.
En fin los reglamentos son más amplios y deben de respetarse. Espero que la estrategia de educar a la gente mediante algo tan simple y fácil de leer como lo es la etiqueta se aplique con mayor frecuencia en todos los vinos.


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